martes, 1 de abril de 2008

Rosanna Risso

GUALEGUAYCHÚ, UN EJEMPLO

Hoy en nuestro país el tema ambiental presente en todos los medios es sin dudas el conflicto originado a partir del conocimiento público de la construcción de las pasteras en Uruguay, en pocas palabras advertimos: tema ambiental, medios, conflicto, conocimiento público………. y un problema relacionado a la elaboración del papel, que resultará de alto impacto negativo sobre los ecosistemas fluviales, en la salud de la gente y en su economía a mediano y largo plazo. Cambia el escenario, pero bien podría ser el uso de pesticidas, los residuos nucleares, la deforestación o una larga lista de problemas ambientales, resultados todos de una economía insustentable planeada desde los poderes hegemónicos e instalada en el pensamiento colectivo como única y necesaria para el llamado “desarrollo” de la humanidad.

Ahora bien, el problema no es nuevo, el nuevo milenio nos encuentra ante un crecimiento de la población humana que se incrementó de 3.700 millones a 6.000 millones (el 62%), el consumo de petróleo creció de 46 millones a 73 millones de barriles por día, la extracción de gas natural se acrecentó de 34 billones de pies cúbicos a 95 billones por año, la extracción de carbón lo hizo de 2.200 millones a 3.800 millones de toneladas métricas, la población mundial que poseía un vehículo a motor casi se triplicó de 246 a 730 millones, el tráfico aéreo se multiplicó por seis, se duplicó el consumo de árboles para la fabricación de papel, hasta 200 millones de toneladas métricas por año, las emisiones de dióxido de carbono crecieron de 3,9 millones de toneladas métricas anuales hasta una cifra estimada en 6,4 millones implicando el llamado calentamiento global con sus consecuencias en sucesos climáticos caóticos; las especies están extinguiéndose en proporciones sin precedentes, los suelos agrícolas se han degradado en un 40%; la mitad de

los bosques han desaparecido; la mitad de las tierras húmedas se encuentra saturada o desecada. La “buena noticia”, es que el producto bruto mundial se ha incrementado, pero durante esta fase de “crecimiento” que lleva unos treinta años, debemos agregar los costos humanos: la deuda del

Tercer Mundo se multiplicó por ocho, la brecha entre las naciones ricas y pobres llegó a cifras escandalosas, cien millones de niños carecen de hogar y duermen en las calles.

La lógica interna del sistema actual, traduce “crecimiento” por incremento de la riqueza para pocos y de la miseria para muchos, entendido de ésta manera, el crecimiento implica la destrucción de la fuente natural de la civilización.

Entonces, analizar sistemática y reflexivamente esta realidad, implica entender esta crisis desde una perspectiva total entendiendo que la frontera entre los ecosistemas humano y natural es el sitio de la actividad humana conocida como producción, es decir la transformación consciente de la naturaleza para fines humanos, y partir de una crítica a los modos de producción y su relación con la naturaleza, de las formas en que cambiamos a la naturaleza y por las cuales la naturaleza nos cambia es una de las maneras de avanzar esperanzadoramente hacia una nueva sociedad.

Quizá sean los tiempos, el sistema económico imperante, al haberse globalizado, deja al descubierto su propia dominación de la naturaleza y la humanidad y permite que las múltiples maneras de la resistencia de los pueblos vayan dando las señales de que así es, como nos muestra y nos enseña éste gran movimiento genuino y popular de la Asamblea de Gualeguaychù que desafía poderes y hermana pueblos que ya no se engañan tras las promesas del crecimiento económico aunque los mismos impliquen planes productivos que se vienen pergeniando desde hace muchos años, por que les interesa su bienestar humano y de las futuras generaciones y evidencia una ética ecológica que traspone los intereses exclusivamente humanos en esa búsqueda de una sociedad libre y en armonía con la natural .
Huinca Renancó - Córdoba - Argentina

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