Para que no se borre de nuestra memoria
Queridos amigos, lectores y colaboradores:
Hace un tiempo les conté una anécdota real: era adolescente, vivía en Buenos Aires y regresaba despreocupada a mi casa; ya en la entrada, un fusil me señaló la puerta y un soldado me ordenó: “entrá pendeja, que la cosa no es con vos”. Observé a varios soldados apuntando con sus armas a un hombre tirado en la vereda, sus manos cruzadas en la nuca. No entendí qué ocurría y tuve miedo, me apuré y entré, y ese miedo se confundió en cobardía e indiferencia: a nadie conté aquella situación y la ignoré durante años… hasta que la palabra “desaparecidos” comenzó a tener para mí un significado real. Recién entonces tomé conciencia que la cosa sí era conmigo, era con vos, era con todos. Esa tarde estuve al lado de un hombre y a pesar de no haber visto su rostro, ese rostro aparecía siempre formando mis propios rasgos, envueltos en culpa e impotencia.
Hasta el día de hoy me estremezco al pensar que ese hombre fue uno de los tantos…
Jamás olvidé a ese hombre sin rostro. Y jamás lo olvidaré.
No pensemos que la cosa no era con nosotros, no olvidemos, no seamos complacientes. Aprendamos a involucrarnos en cada hecho que se cruce en nuestro camino, tomemos conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero fundamentalmente no olvidemos: “…la memoria es esencial para no repetir errores… Si uno no se acuerda exactamente de lo que pasó, es muy difícil que pueda valorar lo que tiene” (Juan Manuel Serrat).
Queridos amigos, lectores y colaboradores:
Hace un tiempo les conté una anécdota real: era adolescente, vivía en Buenos Aires y regresaba despreocupada a mi casa; ya en la entrada, un fusil me señaló la puerta y un soldado me ordenó: “entrá pendeja, que la cosa no es con vos”. Observé a varios soldados apuntando con sus armas a un hombre tirado en la vereda, sus manos cruzadas en la nuca. No entendí qué ocurría y tuve miedo, me apuré y entré, y ese miedo se confundió en cobardía e indiferencia: a nadie conté aquella situación y la ignoré durante años… hasta que la palabra “desaparecidos” comenzó a tener para mí un significado real. Recién entonces tomé conciencia que la cosa sí era conmigo, era con vos, era con todos. Esa tarde estuve al lado de un hombre y a pesar de no haber visto su rostro, ese rostro aparecía siempre formando mis propios rasgos, envueltos en culpa e impotencia.
Hasta el día de hoy me estremezco al pensar que ese hombre fue uno de los tantos…
Jamás olvidé a ese hombre sin rostro. Y jamás lo olvidaré.
No pensemos que la cosa no era con nosotros, no olvidemos, no seamos complacientes. Aprendamos a involucrarnos en cada hecho que se cruce en nuestro camino, tomemos conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero fundamentalmente no olvidemos: “…la memoria es esencial para no repetir errores… Si uno no se acuerda exactamente de lo que pasó, es muy difícil que pueda valorar lo que tiene” (Juan Manuel Serrat).
(Tomado de la editorial de la revista literaria "Con Voz Propia" Nº5 - Marzo del 2007. Editora: Analía Pascaner.)
San Fernando del Valle de Catamarca - Catamarca - Argentina
Contacto:analia.pascaner@yahoo.com.ar
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