jueves, 19 de septiembre de 2013

Leyenda mexicana sobre el origen de la celebración de Las Posadas y romper la piñata


En todo México, aún en las más humildes rancherías o poblados pequeños, existe la tradición de romper una piñata durante la fiesta de celebración del cumpleaños de algún niño; pero reviste particular importancia gustosa, pegarle a la piñata hasta quebrarla, en las fiestas que se celebran llamadas posadas.
El origen de estas divertidas tradiciones, tiene bases religiosas. Al arribar los conquistadores españoles, encontraron que nuestros antepasados indígenas eran idolatras, pues  adoraban Dioses en figuras de piedra, o barro, que identificaban con elementos naturales como el sol, la luna, la lluvia,  la tierra, aunque también a otros Dioses crueles como el de la Guerra.
Para obtener favores y simpatía de esos Dioses, realizaban ofrendas que incluían flores, comida, quema de inciensos, y también sacrificios humanos. Lo que provocó el horror y el temor de los conquistadores; al hacerse acompañar en el viaje de frailes pertenecientes a órdenes religiosas, estos de inmediato se avocaron a propagar la fe católica que era la que ellos profesaban.
En la tarea de tratar de difundir las nuevas formas religiosas para adorar a Dios, encontraron por parte de los indígenas fuerte resistencia, lo que no es de extrañar, pues lo primero que hicieron los conquistadores, además de someterlos brutalmente, fue derribarles las antiguas pirámides que utilizaban como templos y construir encima de ellas las iglesias católicas con campanarios, el símbolo de la cruz, colocar santos de la cristiandad, etc. Aunado a castigar con violencia, a los indígenas a quienes sorprendían realizando antiguas practicas religiosas.
Pese a castigos y prédicas de todo tipo, los indígenas se mostraban reacios a aceptar la nueva  fe. Con paciencia, y el prolongado contacto en la impartición de enseñanzas para realizar la  manufactura de artesanías, trabajar el cuero y otros materiales, los religiosos fueron conociendo las costumbres que tenían los naturales como llamaban a nuestros antepasados; y así lograron irse enterando y descubriendo antiguas leyendas que ellos ya tenían como practicas previas a su llegada y que les resultaban gratos; Así descubrieron la leyenda de Quetzalcóatl (el viejo sol) quién durante el solsticio de invierno nos visitaba y previo a esas fechas se preparaban ofrendas y festejos en su honor que culminaban el 26 de Diciembre; por otro lado los Mayas tenían un juego que consistía en llenar una cazuela de barro con chocolate y con los ojos vendados trataban de romperla.
Esto le sugirió que tal vez estas prácticas podrían adaptarse dentro de su catequesis, y al recurrir a medios conocidos, facilitaría su aceptación entre los naturales para convencerlos de adoptar la fe católica.
 
Así se origina en nuestro país las festividades de las posadas, que no es otra cosa que recrear durante los días comprendidos entre el 16 y el 23 de Diciembre,  el trayecto de José y María de Nazaret a Belén.
Como todos sabemos encontraron dificultades en el alojamiento, de tal suerte que tuvieron que resguardarse en un pesebre en donde se presentó el nacimiento de Jesús.
Esto en la práctica se  inició con una fiesta que se celebra en un determinado espacio habitado, con la participación de algunas personas asistentes a la reunión. Se colocan algunas en el exterior de una vivienda con la puerta cerrada, mientras cargan unas pequeñas estatuas de barro que representan a San José y la Virgen, entonan cánticos pidiendo posada para pasar la noche y aliviar el cansancio de la virgen; en tanto otras personas desde el interior cantan negándoles el acceso, alegando sentir temor por asaltos, etc.
Todo culmina cuando un posadero(vecino) piadoso decide dejarlos utilizar el pesebre pieza única desocupada y esto marca el inicio de una fiesta en la que además de comer y beber se baila y se trata de festejar por anticipado el nacimiento del niño Jesús.
Dentro de este tiempo y espacio de recreación se rompe una piñata, que regularmente contiene dulces llamados colaciones, mandarinas, cacahuates, y pedazos de cañas de azúcar.
Las piñatas nacen originalmente en china en donde se utilizaban para propiciar buenas cosechas; la construían adoptando la figura de un buey de papel, el cual quemaban lleno de semillas de diferentes granos y las personas al final trataban de recoger las cenizas para regarlas en sus tierras y propiciar buenas siembras.
Llegan a Europa a través de Italia, en donde las utilizan ya con un sentido religioso al formar parte de la celebración de las fiestas de cuaresma,  posteriormente los religiosos españoles observando las prácticas de los Mayas con su cazuela de barro llena de chocolate, enriquecen su presentación al forrar la cazuela con vistosos papeles de colores que simbolizan lo atractivo que pueden presentarse los pecados y adoptan como diseño una particular estrella que tiene unidos 7 picos, los  que representan la: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza, o sea los 7 pecados capitales.
Se elige a un invitado o varios, para tratar de quebrar la piñata, debiendo estar vendado de los ojos y mediante un palo tratar de golpear la piñata hasta lograr romperla; esto simboliza la fe ciega y la virtud que deberemos tener, para creer sin tener que ver.
Cuando finalmente logra romperse una lluvia de frutas y dulces (premios), bañan al exitoso combatiente (contra los pecados) así como a los asistentes quienes gustosos se abalanzan sobre estos.

Teniendo además este acto final, un doble significado, pues al igual que la piñata, por mas que hallamos sido victimas de los 7 pecados capitales y estos se encuentren integrados a nosotros, una vez destruidos y alejados podremos liberar bellos y dulces regalos ocultos en nuestro interior, para hacernos felices a nosotros y a los demás

No hay comentarios: