Se encogió tanto que lograban bañarla en el lavabo. Los pies eran la réplica de un suspiro, las manos sólo se percibían porque intentaban tomar los pulgares de quienes la bañaban.
Ella había imaginado sus tiempos, caían en madejas al sillón de mimbre, antes, cuando todavía podía recogerlos y armar barriletes de recuerdos para ponerlos sobre el fuego del hogar y traducir sus soledades.
Se volvió a encoger algunos centímetros, había que cuidar a que su cuerpo no resbalara por esa fuente de porcelana. Su cuerpo terminaba en un triángulo de piel seca. Cada vez era más etérea. La enfermedad la había fagocitado lentamente. De sus ojos quedaba la luz que interpone a la mañana entre el iris y la distancia. Tantas atrocidades había visto por ellos. Creyeron percibir una sonrisa que se escabulló por las dos burbujas que la sostenían de la cintura.
Se volvió a encoger, ya no sabían cómo tomarla. Sintieron el aleteo de un pájaro invisible sobre los hombros. Cuando volvieron la mirada al lavabo ya no estaba. Una bandada de golondrinas – poco comunes en estos lugares- se disputaba un trozo enhiesto de aire humano.
Ella había imaginado sus tiempos, caían en madejas al sillón de mimbre, antes, cuando todavía podía recogerlos y armar barriletes de recuerdos para ponerlos sobre el fuego del hogar y traducir sus soledades.
Se volvió a encoger algunos centímetros, había que cuidar a que su cuerpo no resbalara por esa fuente de porcelana. Su cuerpo terminaba en un triángulo de piel seca. Cada vez era más etérea. La enfermedad la había fagocitado lentamente. De sus ojos quedaba la luz que interpone a la mañana entre el iris y la distancia. Tantas atrocidades había visto por ellos. Creyeron percibir una sonrisa que se escabulló por las dos burbujas que la sostenían de la cintura.
Se volvió a encoger, ya no sabían cómo tomarla. Sintieron el aleteo de un pájaro invisible sobre los hombros. Cuando volvieron la mirada al lavabo ya no estaba. Una bandada de golondrinas – poco comunes en estos lugares- se disputaba un trozo enhiesto de aire humano.
3ª Mención Narrativa : Certamen Literario "Pueblos Ranqueles 2009"
Brinkmann . Córdoba (Argentina)
Contacto: elbisgilardi@brinet.com.ar
3 comentarios:
Sugestivo Elbis, me fascinó!
Saluditos...
Claudia
Muy buen texto, Elbis, intrigante, bien narrado.
Cariños
Analía
¡Hermoso relato con bellas metáforas mágicas!
¡Felicitaciones!
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