jueves, 19 de septiembre de 2019

Nº88 - Primavera 2019

Domingo Acevedo


Guerreros invencibles del Aconcagua.

Esta noche
solitarios guerreros danzan en los pergaminos del tiempo
alrededor de una luna de plata
parecen mariposas danzando en el viento
tratando de alcanzar un sueño
una luz perdida en los lejanos suburbios de la alborada
fantasmas que recorren los Andes
atravesando senderos amazónicos
buscando entre los residuos de la historia
los restos incinerados de la utopía
encendiendo hogueras apagadas por el llanto
para que nuevamente iluminen de esperanza
las aldeas remotas de los Mapuches
hechos de amor y ternura
de un sentimiento tan profundo
que los ata por siempre a la tierra
por la viven y mueren
guerreros invencibles del Aconcagua
hechos de barro y agua
habitantes de más allá del río Maule
araucanos bravíos
eternizándose en el tiempo
raza que emigra desde el dolor y el sacrificio a la gloria
hoy por un sendero de sangre que viene del pasado
un centauro herido se aleja a morir en mi voz


América II

América
razas mezcladas
en la sangre y en el llanto
Quena dulce y triste
danza ancestral
ritmo frenético
de tamboras milenarias
bailes
esperanzas
alegría
oxidadas cadenas de siglos
arrastran un pasado
de llanto y  luto
América
indígena
negra
mulata
caribeña
latina
austral
insular
continental
América
violada
ensangrentada
subversiva
levantada
presentida
pero jamás sometida
osada
digna
valerosa
tierna
solidaria
amorosa
América
Una y otra vez América
mil veces América
en la sangre y en la flor
América
en la vida y en la esperanza
América
siempre América

Nació en Santo Domingo, en la Rep. Dominicana. Poeta y activista social
Publicò:  Espejismo de luna llena;  Ciudad de papel;  América; actualmente trabajo en su próximo libro, Antología del Asombro




Violeta Bòncheva


Sentir el océano

Me acerqué a él
hasta sentirlo –
se hallaba adormilado y humedecido,
hundido en sí mismo.

No me esperaba,
pero extendió sus brazos
hacia mí.

Prestó oídos a mi silencio
y pudo comprenderlo
todo...


Aquì la arena arde

Aquí la arena arde también de noche.
Muchachas de rodillas empapadas tejen
la melodía del infinito.

Un sombrero rueda hasta el agua,
dos gotas de aguardiente
se sumergen con deleite y diluyen
el contorno de los cuerpos.

 Como el mar agitado

Cierta vez un poeta dijo
que llevábamos el mar
en nuestros corazones,
que no importa dónde estuviéramos
si sentimos sus olas
y sus transparentes canciones.

Y tú, como un mar infinito,
derramas tus aguas tiernas
por mis pensamientos nocturnos,
y yo dibujo sobre la hoja blanca
unos ojos fijos.
sintiéndote como el mar
agitado
y muy profundo...

Naciό la ciudad de Stara Zagora (Bulgaria). Poeta.
Publicò: Húmedo esbozo,¨Espejo¨;Un instante equivocado; No tendrá adios; En el ombligo de la luna¨, bilingue,  y los libros en prosa: ¨Historia del padecimiento; El sombrerote¨, bilingue y ¨Lilium; Gotitas de Escobedo.






Leyendas Argentinas 

 La leyenda del Quirquincho


La leyenda del Quirquincho es una clara enseñanza de la importancia del trabajo, de ser responsable con nuestros gastos y de no dejarse llevar por el estilo de vida de otras personas. 
Es una leyenda quechua de la puna jujeña.
Cuenta la historia que Puca era alguien muy hábil tejiendo abrigos para la gente del lugar. El desarrollaba “abascas” para los pueblerinos, y  “yacollas” que son tejidos mas finos, con abundantes colores y un perfecto hilado.
Su habilidad fue de renombre, comenzó a recibir pedidos de los incas mas poderosos, y poco a poco su pequeña choza estaba repleta de cueros y telas. El trabajo le abundaba y comenzó a recibir grandes ganancias en oro, plata y piedras preciosas. Entonces fue allí que comenzó a pensar para sí “Pronto seré rico, podré hacer lo que me plazca y divertirme como los demás, pasearé, cazaré cuanto quiera y compraré todo lo que me guste.”
Poco a poco el agotamiento de tanto trabajo hizo que Puca abandone su trabajo y comenzó a dar rienda suelta a sus deseos, los cuales le reportaban alegría solo por un momento. Comenzó a juntarse con otros habitantes del pueblo solo a embriagarse y gastando su oro en cosas sin valor e inútiles.
Así fue dejando de recibir pedidos de trabajo por parte de los príncipes ya que él no cumplía con su labor.
Cuando llegó el invierno, se dio cuenta que era necesario tener un buen abrigo y comenzó a preparar todo para tejerse un yacolla. Pero había perdido su habilidad. Las manos le temblaban mientras preparaba las tintas para teñir la lana y luego de varias horas solo consiguió un tejido de muy mala calidad, lleno de nudos y pelotones de lana mal escardada. 
“No importa, lo usaré así. Mañana trataré de tejer otro”, se dijo, y se envolvió completamente con el poncho.
 Pero al despertar encontró que el yacolla se había adherido completamente a su cuerpo de forma tal que ahora tenía una coraza encima. Peor aún fue el observar sus piernas y brazos que ahora eran cuatro patas cortas terminadas en afiladas uñas.
Desde allí el quirquincho es quirquincho y ronda por los campos, huyendo de los peligros, y escondiéndose en su caparazón.
Fuente: http://razafolklorica.com y  Portal de Salta

Haidè Daiban
Bosquejos a làpiz

      Sonrisa marfilina,
¿de quién? ¿por qué?
Sobre el estiércol, los pasos,
los niños, sus pies descalzos.
Pordioseros
    en las bóvedas del puente,
    bajo el puente,
                 ocultos.

 Habían sido bosquejos
    para inaugurarse hombres.
Bosquejos a lápiz son,
   escándalo de vida.
   Borrón.


                                                
 De espaldas                        
                          Partiendo de Ingres


               Desnudo y de espaldas
               De espaldas al mundo.

   Puesta la mirada
   En la lejana unión
         Del cielo con la tierra.

   En el misterioso
   Infinito devenir
         Que se perfila como un horizonte.

  Allá lejos,
  Donde no estás tú,
          No están los otros

  Solo el intangible derrotero
          De las horas,
          Las que vendrán.

  Dejo escurrir el tiempo
  Mientas el mundo se desmorona,
          Siempre a mis espaldas.
                

 Extraña pareja

Tú, mi amigo,
Tú y yo
entre la oscura multitud
        sin que nos vean.
Solos,
       en este blanco escalón
para que todos rechacen
       mi negrura.
Tú, mi amigo,
tan blanco y espumoso,
¡Ladra mi nombre! 
Ayúdame
a extender mi mano
tan blanca del revés,
para que algún dios
nos regale una moneda.

Naciò en Buenos Aires. Poeta, letrista, escritora.

Publicò: Plegarias del siglo XX ( poesìa):Los indicio (poesía);Con el tiempo a cuestas (poesía);El rabdomante y otros cuentos (narrativa); Historia de muchos (narrativa); Cuentos con sabores (narrativa).


Hamlet Lima Quintana

Mujer del barro
Todo sucedió en un pueblo de alfareros. Uno de esos pueblos que todavía sobreviven cuestionando al hombre cotidiano, a lo largo y a lo ancho de la cordillera andina.
Todos sus habitantes trabajaban el barro como si fueran pequeños dioses dando vida a las cosas. Porque el barro está ligado al hombre desde su origen, se reconozca o no su paternidad.
En este pueblo del que hablo, vivía una mujer que fabricaba los mejores cacharros, las mejores y mas cantarinas vasijas, una suerte de pájaros sonoros que parecían encerrar luz.
Como sucede en todas partes desde que el mundo es mundo y sinó que va a ser, otra alfarera envidiaba los cacharros que fabricaba la mujer del milagro.
Entonces resolvió adoptar una actitud acorde a sus sentimientos: se convirtió en espía, para saber si existía algún secreto, alguna forma especial en la obra de la mujer del barro.
Pacientemente, durante horas y horas, las mismas y pacientes horas que emplean los espías y delatores, vigiló el taller de su rival.
Nada: no pudo descubrir nada.
Porque el barro era el mismo y la mujer lo amasaba cantando, la mezcla era la misma y la mujer la trabajaba cantando; el cocido era el mismo y la mujer encendía la leña cantando.
Nada, ni los colores que semejaban sangre y oro y que la mujer pintaba cantando, tenía la mas mínima diferencia.
Desesperada, la otra alfarera envidiosa robó un cántaro de la mujer y lo llevó a su casa para descubrir el secreto.
Una vez sola, encerrada como se encierran los que carecen del sentido del homenaje a la vida, del diálogo, de semejanza y del humor, rompió la vasija de un solo golpe.
El hombre, en definitiva, no es tanto misterio.
Lo que sucede es que a veces no alcanza a comprender las cosas y se altera su forma de vivir. Un pensamiento es más fuerte que la historia, porque es capaz, precisamente, de torcer el curso. Y todo porque entonces, del interior de la vasija, de cada pedazo roto, salió el canto de la mujer que trabajaba cantando. Y ya sabemos, el amor a lo que se hace produce lo mejor de la vida. Eso lo conoce hasta mi tía vieja. Ella dice que cuando Dios hizo al hombre, seguramente aprendió a cantar.

Fue un poeta argentino, autor de más de cuatrocientas canciones entre ellas la popular "Zamba para no morir".​
Naciò el 15 de septiembre de 1923, Morón (Argentina); falleciò el 21 de febrero de 2002, Buenos Aires, (Argentina)

Publicò: entre otros, los siguientes libros:  Mundo en el rostro (1954); El Octavo pájaro (1961); Cuentos para no morir (1972);Documento de Identi­dad (1976);Informe de pájaros (1976);En distintas formas (1981);Antolobiografía (2002); Los ángeles de la tierra (2003, edición póstuma

Silvia Lassalle
Guitarra de mis amores

De andar con vos los caminos
vengo pialando recuerdos
florecidos en los surcos
de tu criollo sentimiento …
sos la raíz de mi canto,
el dulce vientre materno
que gestara en sus entrañas
la desnudez  de mi acento.

Cumbrera de nuestro rancho,
palenque donde me aferro …
enjambre de tradiciones
legado de amor y sueños,
en la vertiente sonora
de tu lenguaje campero
bebí el sentir melodioso
de mi decir cancionero.

Sos la vida que me abraza,
prendida a mi clavijero,
está el alma de mis padres …
el rumor de mis abuelos
la bohemia de mi hermano …
el corazón de  mi pueblo,
la ternura de mis hijos
con sus pimpollos abiertos.

Guitarra de mis amores,
savia de antiguo madero,
semillero de ilusiones
donde maduran mis versos,
nos quieren callar las voces
los mercaderes del templo …
si no les untàs las manos,
cantar tiene un alto precio.

Por tres o cuatro canciones
uno empeña hasta los huesos,
nos roban la dignidad
nos escupen su desprecio …
les da placer humillarnos,
simulan desconocernos …
nos quieren ver de rodillas
corriendo por detrás de ellos.

Ni siquiera dan la cara …
se escudan en  mandaderos
que no son ni monaguillos
en el altar de lo nuestro …
de gauchos no tienen nada,
ni el disfraz que llevan puesto,
les niegan hasta las migas
a los pájaros en vuelo.

Ni vos ni yo hemos nacido
para seguirles el juego,
los fieles a nuestra estirpe
profesamos otro credo …,
somos dignos sembradores
de coplas en campo abierto …
por mil senderos de gloria
sin atajos cizañeros.

Sigamos nomás andando
no vale perder el tiempo …
un día caerán solitos
nomás por su propio peso,
son envases de regalo,
figuritas del momento,
no habrá quienes lo recuerden
detrás de su propio cerco.

Guitarra de mis amores,
savia de antiguo madero,
por tenerte le doy gracias
al paisano de los cielos …
con vos andando el camino
sigo pialando recuerdos
aunque nos cierren las puertas
los mercaderes del templo.

(del libro: Pialando recuerdos)

Naciò en Cosquìn (Còrdoba). Poeta, folklorista.
Publicò: Pialando recuerdos.

Alfredo Luna
La voz del encanto

busco, quiero y acecho
un parpadeo turbulento
algo          una inquietante frase
una evidencia perfumada
algo más que un signo mordido
que devele Belleza
y me desdiga

algo         una tos indignada
una náusea de alimaña
una ola de luz
un eco de pupila cósmica
en esta porfía de parir la muerte

el hambre me está comiendo
pero cuando lo dicen mis ojos
ya no es.

(del libro  La mirada sonora- 2008)


Nada más que beber un pan de granizo

ah, Poesía,
madre de todas las demencias!
desde lejos,
me arrullas
como nodriza nocturna
que da de comer palabras
a sus perros


Jornada preparatoria para el regreso

yo             el de antes 
                     intrépido ángel obsceno
el mismo que se ha perdido
en las puertas del abismo
y del milagro

con el hocico disidente
y los huesos de la noche
voy volviendo a este regazo de viento

sin tribu

             sin dios.

Cosecha de viento y de ceniza

las palabras son un cuchillo
tajando un bosque de salitre en mi sangre
y un aguacero de sombras me desgarra

no me queda una plegaria,
un remedo de amor
ni siquiera un sollozo para la muda voz
que me reconoce hijo

madre: pétalo a pétalo te doy la noche
y por mis manos se despeña este canto áspero.

(del libro: Palabra matada- 2014)

San Fernando del Valle de Catamarca  ( Argentina). Poeta
Publicó: Las palabras imposibles ;Los días demorados;  Los fuegos prometidos, La mirada
sonora;  Vigilia hereje; Palabra matada; Testigo infiel; Daños personales ( Primer Premio de Poesía otorgado por la Biblioteca Provincial de Córdoba - 2019)

Moris
Letras en el Rock Argentino  

Cabalgando por el campo

vengo cabalgando por el campo
al galope de la libertad
es de madrugada y hay silencio
me acompaña un pájaro de azul

ve a arreglar los alambrados
y a apartar las vacas del corral
soy un poeta de a caballo
y me siento alegre de cantar

oh oh oh

vengo cabalgando por el campo
al galope de la libertad
es de madrugada y hay silencio
me acompaña un pajaro de azul

veo a lo lejos a don Rosendo
le preguntare si va a llover
porque la cosecha necesita
mucha agua para andar muy bien

vengo cabalgando por el campo
al galope de la libertad
es de madrugada y hay silencio
me acompaña un pajaro de azul

ver el campo... el campo.
.el campo... el campooooo

vengo cabalgando por el campo
al galope de la libertad
es de madrugada y hay silencio
me acompaña un pájaro de azul

campo campo campo

(del CD:  Ciudad de guitarras callejeras - 1973)

Mauricio «Moris» Birabent (Buenos Aires; 19 de noviembre de 1942) es un cantante, músico y compositor argentino. Junto con Litto Nebbia, Javier Martínez, Miguel Abuelo, Pajarito Zaguri y Tanguito (todos frecuentadores del bar La Cueva, uno de los epicentros de los cuales surgió el rock argentino), es considerado uno de los pioneros más destacados del rock en español.1​
Moris, más que una figura del rock argentino, es una figura del rock en español en toda su amplitud global, habiendo generado puentes culturales entre el Rock de Argentina y el de España merced a sus trabajos en ambos países. Su legado es tan influyente que, al día de hoy, es quizás la única figura de culto común a las escenas de ambos países. En 1966 fue uno de los pilares del rock en Argentina y, diez años más tarde, en 1976, influencia fundamental para la consolidación del rock en español en la propia España. Ante esto, la Fundación Konex le otorgó la Mención Especial a la Trayectoria en 2015 por su invaluable aporte a la música popular.
Discografía: 30 minutos de vida, Ciudad de guitarras callejeras, Fiebre de vivir, Mundo moderno,  La obras de Moris, (disco que contiene las populares canciones El oso, Zapatos de gamuza azul y además, una versión de La Balsa, compuesta por Litto Nebbia y Tanguito y popularizada por Los Gatos).,Dónde están las canciones?, Sr. Rock presente, .Sur y ,después Cintas secretas.
En 2011 edita junto a su hijo, Antonio Birabent, el álbum Familia Canción.

Libros

Nada se sabe del amor (poesía), de Irma Stròmbolo (Còrdoba) Argentina60 pàg. 21x14 cm. ISBN 978-987-45874-2-8
Huellas; Còrdoba: Ikono Editorial
2019.-

  I

Raìz en la roca
con nieves eternas.
Emisario  de la piel del viento
navega en aguas claras.
La hierba cobija sueños
y unas alas invisibles
abrasan la aurora.
El tiempo fluye
no se detiene en largos cabellos.
Acaricia el silencio.
Las miradas dialogan
y en gesto habla.
Luces azules pueblan la noche.
Unos ojos de niño
se escapan en sueños.
.El fuego se confunde en la bruma.
El bosque se transforma
de verde a rojo.
Cantan los pàjaros.
Reencuentros.
Nada se sabe del amor y todo lo revela.

                                         pàg. 9
XIII

Permíteme
entregarte este sueño--
una madrugada azul
en que todo se revela.
Dame una sentencia
 o una letanía
aunque absurda.
Bùscame  en el cielo
de los anhelos esperados
y allì te dirè
donde se esconde
el sol
todas las mañana
y donde beben
el agua de los sueños.
Espèrame
en el camino absurdo
sin retorno
debajo del árbol
de múltiples frutos,
en las puertas
de los paraìsos perdidos
y allì
vestida de rocìo
te darè el beso
que despertarà
tu alma dormida.

                pàg. 33

XII

Errando caminos
piso la tierra endeble.
Persigo entre oscuros muros
el  aliento de la vida.
Estoy entre brumas y nieblas
buscando la luz
desde el abismo.
Se que està allì
Inalcanzable.
La meta de mis sueños
es una búsqueda incesante.
Estoy viva
y me recorre un rìo de larva.
Somos espejismos
que en cada aurora reviven
para morir al atardecer
con esperanza.
Mìrame.
Siènteme.
Abrázame.
Acaso  parpadee el universo.
El misterio del amor
nos envuelve
nos acecha
pero un viento arrasador
nunca lo detiene.
Es esa ráfaga
sutil y engañosa
que tiene cautivado
el universo
desde su inicio.

              pàg. 53/54.
 

 Irma Stròmbolo.
Còrdoba (Argentina). Poeta.
Publicò:  Tres latidos … algunos poemas; Palabras sin retorno; Letrario; Quimeras. Obra individual; Huellas cordobesas del ayer II 
 

                               Nos vemos en  el próximo número 89-  Verano 2019/20


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