Pachamama
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Ana Gervasio
el país inconcluso
es otro lugar el que la habita
no es el muelle de estrellas
ni es la voz querida
es un puerto con flores
siempre a punto de morir
se desgarró el cielo que la guarecía
llovió sobre su cuerpo pequeño y frágil
llovió por siglos
se desbordó de vida
tanto atajo imprevisto
tanta guerra
tanta herida de muerte en su vestido
una eterna llovizna de gestos inconclusos
de caricias esquivas
de faro clandestino
iluminando el dulce misterio de los días.
paisaje quieto
saldré a la calle, ensayaré una pirueta
un salto mortal en la avenida,
en las paredes prosperará la hierba.
estamparé en los balcones un edicto de pájaros.
escribiré un graffiti.
un manifiesto a favor de los insurgentes.
resistirá, una vez más, la frágil cuerda.
discutiré otra vez el deseo y la muerte.
se cerrarán mis puños y golpearán las sombras,
rugiré el hastío hasta cansarme,
temblaré hasta caer rendida del último peldaño,
destrozaré los límites de la celda
miraré la hora una y otra vez.
regresaré a mi casa. encenderé la lámpara.
abandonaré mi vestido en el umbral.
dejaré caer el agua. estiraré el mantel.
esperaré, todavía un rato más,
hasta alcanzarlo,
hasta rozar su devenir callado,
su mirada de niebla, su destino de barco,
hasta ver su figura invisible apoyada en la silla
y volver a encontrarlo en mi paisaje quieto.
cautiva
buenos aires renueva sus ventanas inútiles
—no hablo para nadie—
un diluvio sacude el desamparo,
el mar se derrama en mi lámpara,
se incendia la casa.
mi niña cautiva baila
como "una caricia girando en el viento"
y las luces se encienden.
un desconocido profana el reloj en la pared,
aturde el deseo de vivir, desgarra la mañana,
atraviesa las flores como una sombra
(mi cuerpo sueña con un vestido de estrellas
mientras él cuelga del techo,
como un pájaro perdido)
(del libro: “”La calle de los pájaros- 2015)
Naciò en la localidad de Italò (Còrdoba). Reside en la actualidad en Buenos Aires.
Publicò : “La calle de los pàjaros” (poesía)
Contacto: ana.grvs@gmail.com
Oliverio Girondo
Respondo en blanco vivo
Blanca de blanca asfixia
y exangüe blanca vida,
a quien el blanco helado
nevó la blanca mano
de blanca aparecida,
mientras el blanco espanto
blanqueaba su mejilla
de blanca ausencia herida,
al ceñir su blancura
de intacta blanca luna
y blanca despedida.
Nocturno 5
La lluvia
con frecuencia
penetra por mis poros
ablanda mis tendones,
traspasa mis arterias,
me impregna,
poco a poco,
los huesos,
la memoria.
Entonces,
me refugio
en un rincón cualquiera
y estirado en el suelo
escucho,
durante horas,
el ritmo de las gotas
que manan de mi carne,
como de una gotera.
Aparición urbana
¿Surgió de bajho de la tierra?
¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre lo ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
en silencio,
hincado ante la tarde
ante lo inevitable,
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul, de tal blanco.
Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un àngel.
(del libro: “Calcomanías, espantapájaros, nocturnos y embelecos” Ed. Mandori, 1999).
Naciò en Buenos Aires en 1981. Falleció en su ciudad natal en 1967.
Publicò: Veinte poemas para ser leídos e el tranvía; Calcomanías, espantapájaros, nocturnos y embelecos (al alcance de todos ; Persuasión de los días; En la masmèdula.
Susana Roberts
Azaleas..
Se van adormeciendo
los blancos
se van adormeciendo
los verdes
en el eje cristalino
la conciencia
vestida de fugaces soles
la aurora
alumbra la casa
libre de líquenes y algas
junta las arenas
grano a grano
donadas por un sol
de otro siglo
donde murmuran azaleas
¡esta es mi tierra!
¡este mi destino!
centro mar
centro América
donde se postulan
los corales..
Nació en la Provincia de Córdoba, República Argentina, radicada en la Patagonia Argentina a partir de 1975, en la ciudad de Trelew, Chubut .Desde el 2004 viene participando en Encuentros y Congresos Nacionales, Internacionales y Mundiales: Chile, Los Ángeles, Paris, Perú, España., México.
Publicò: Rostro-Faces
Contacto: . roberts_susana@hotmail.com
Felipe Rojas
Canto sin cadenas
Han cerrado sus leyendas los delfines
en el hito escalador de altos soles y galaxias.
Han cerrado en cuatro lados las historias
para salvar al continente hijo
de las estrellas.
La vida, de otra vida, la del tiempo,
vendrá del infinito, con el mesías de fuego
y una celda cosmogónica y viajera.
Será un todo iluminado, la del olímpico peldaño,
Una errante fundación de eras contra eras.
¿Qué será de este hombre azul que bebe noches?
El que destila niños en la pública montaña del misterio,
aquel huésped de planetas , con sus manos
ateridas de novelas,
el que rompe su cuna vegetal enloquecido de espacio
interminable.
Si nosotros morimos con grillos en la tierra
y existen hordas de fuegos y campanas,
será el oscuro siempre o la antorcha
jamás descolgará caminos.
Nos sube el canto en dimensión de estría
y en cada amanecer el rombo sideral
acuesta cielo en los campos.
Partiendo están sílfides mecánicas
desde la oración universal del día.
Y el planeta es uno más,
vagando con su noche y su mañana.
Rìo de Carnaval
Huyo hacia el sol tu enero de ríos
cuando el silencio hurgaba las horas sumergidas.
No debieron crearte los enamorados del viento.
Ni los otros, aquellos castos del remanso.
Ellos fueron la tarde,
un libro de cristal en las arenas,
nosotros el esfuerzo de aprender melancolías.
Vayan por mi sombra
a juntar el sueño de las piedras.
No arrojen tanta pena,
que se apaga de celos el verano.
Espero donde termina el sonido
midiendo tus orillas de nutria.
Busquémonos suavemente y que lloren de una vez
las golondrinas.
Al norte de la tierra, horizontales indios
derrumban sus malones.
Que ganas de morir lleva el querernos
con tu manera infértil de sembrar el agua.
Alcánzame la noche, voy a lustrar el corazón del cielo.
Se disfraza la tarde de últimas palomas, y muero.
Ahora descubro tu difícil pollera de innumerables vidas.
Guitarras morenas tocan mi resurrección celeste
y vengo a salpicar tu cuerpo.
Arrima el carnaval a tu regazo de tumbas.
Sabes que el amor, tu amor dolido
ahoga en el fondo de la hembra
un hombre innecesario.
Elegía campesina
Aúllan de muerte las campanas del sol
en el espectro silbador de la sequía.
Cae la lluvia entre la hierba
pero en mi hierba no.
El arado roto, la horquilla desfigurada,
el afán tiñéndose de viejo, un perro amargamente vivo.
Está lloviendo en las espaldas
pero en mi espalda no.
Una mujer de trizas, dos hijos en pedazos,
esta cama escupiendo hilachas amarillas.
Está lloviendo allá en las casas
pero en mi casa no.
La siembra en el desierto, páramos y andrajos
y la verde desazón que pisa el campo.
Está lloviendo en los maizales
pero en mi chacra no.
El pájaro tenaz de la cosecha busca mis dedos enlutados
¡Ay mi sueños de peón de alas huecas y rebeldes!
Està lloviendo en las vidalas
pero en mi caja no.
Hundiré los ojos en la boca de las nubes tormentosas,,
será mi sombra un río de mil hachas cavando leguas y caminos.
¡Dónde quedará este tiempo, cuando duerman mis sueños en los árboles!
Està lloviendo a toda sangre, sangre espantada
de un mortero lento que acribilla.
Està cayendo así sobre la siembra
pero en mi siembra no.
(poemas del libro: “Los Poetas que Cantan”. Volumèn 8 - Comisiòn Municipal de Folklore de Cosquìn - Enero 2012)
Naciò en La Banda (Santiago del Estero en 1940). Falleciò en 2011 en Santigo del Estero (Argentina). Poeta, escritor, autor y compositor,
Publicò: Tiempo de sol y soledad; El canto de la micorriza; Memorial de tu nombre
Nuestro especial agradecimiento a su señora esposa, la escritora Melcy Ocampo, por haber permitido que sus poemas hayan sido publicados en revista “Mapuche”.
Gracias!! Melcy por tu valioso aporte.
Carlos Edgar Vidal
Cacique Sitón 2004
EL Hombre Argentino
El hombre argentino tiene un filiación telúrica, anìmica y espiritual, que marca y define su idiosincrasia.
En la búsqueda de una forma; en su llegar a ser; en el encaminarse hacia un tipo que aspira y tiende por propia virtualidad a ofrecer rasgos perdurables y definitivos, en la aspiración de un pasado pleno de heroísmo, sacrificio y frustración; en la experiencia palpitante de un presente de angustiosa búsqueda; en la imprecisa visión de un futuro; èl es, necesariamente, actualización de lo pretérito y proyección de una modalidad consustanciada con la comunidad social y política en la que encuentra su posibilidad de expresión.
El hombre argentino, por los elementos heterogéneos que inciden formativamente en èl , es un ser en proceso de integración. Vale decir que es el resultante de nuestro clima y nuestra historia, al cual la tierra madre con su influjo múltiple, ha venido moldeando haciéndolo depositario de su mensaje. Pero aún está inacabado. Es, todavía, algo plástico que incansablemente procura su forma consistente, en una síntesis de variadas peculiaridades raciales, históricas, culturales y políticas. En su actual actitud espiritual e intelectual, tiene rasgos innatos de una muy antigua hidalguía plena de humanismo y fervor por lo grande y noble. Vivaz de inteligencia, rápido en la capacitación y asimilación, frecuente improvisador y repentista tanto en la vida comunitaria como en la producción pensante o en la acción política, suele entregarse a un esfuerzo intermitente y variable en su dirección y aparecer como un virtuoso del entusiasmo por el entusiasmo mismo.
(fragmento de: “El Hombre Argentino” del libro “El Cause Històrico” - Còrdoba (Argentina) 1984
Carlos Edgar Vidal: Naciò en Villa Dolores (Còrdoba) en 1923. Perteneciò a una antigua familia que se arraigò en el Valle de Traslasierra a comienzo del siglo XX.
Ejerciò por largo tiempo la docencia y además, durante màs de treinta año la práctica de la medicina.
Fuè uno de los fundadores del Partido Intransigente de Còrdoba, y presidente de la la Sociedad Argentina de Escritores (Filial Còrdoba)
Publicò: “97 Pasos al Cielo”, “La Condiciòn de los Invasores”, “Viaje a la Libertad”, “El Cause Històrico”, además numerosos trabajos relacionados con la Salud Pùblica. Falleciò el 27 de septiembre de 2013 en Còrdoba Capital.