domingo, 21 de marzo de 2021

Nº94 - Otoño 2021

 Francisco Álvarez Koki


Sementera
 
Me gusta cuando siembras
mi cuerpo de esperanzas
y me gusta cuando callas
tus dulces palabras,
cuando huelo tus fl ores
que en mi estudio tiemblan
al viento de mis suspiros
que buscan tus labios.
Todos los papeles, todos, esperan tu mirada,
de cuando lees mis versos,
con ansia callada.
Tus fl ores me hablan de ti
y alegran mi estancia,
porque ellas conservan tus besos
y nuestras palabras.
 
Amo
 
Amo tus grandes ojos
como las noches de luna llena,
que riza nuestros besos.
Amo tus palabras…
que tímidamente callaste
cuando empezabas a amarme,
y amo esos suspiros
que lánguidamente derramas
sobre el alma de mi cuerpo
todas las mañanas
cuando tremendamente me amas
más allá de todo silencio
y toda consonancia.
 
Ortografía de tu cuerpo
 
Desde aquí pienso…
en los puntos suspensivos y las comas
que sólo conocemos yo y tu cuerpo.
Ahora me invade no sólo la tristeza
sino la geografía del silencio.
 

 Poeta, escritor gallego y animador cultural. Autor bilingüe Nació en La Guardia (España). Reside  en Nueva York,
Publicó:  Para el amor pido la palabra; Entre dos aguas ; Para abril e amantes; Entre tu cuerpo y mi cuerpo (Antología); Ratas en Manhattan; Sombras de luna.


Color Humano

Grupos y Letras en el Rock Argentino  




                                                     Vestidos de agua



Vestidos de agua
 
Vestidos de agua estàn
Los duendes que te hablan
Cuando tu piel no está.
Sus cromos de lapso eterno
Funden mi cuerpo
Con la tierra.
Y así me miras,
Entre pasto y mar.
Coral, coral, detienes mi andar.
De piel y sombras,
Descansas y das.
Coral, coral te escapas sin mal.
Vestidos de agua están
Los duendes que te hablan
Cuando tu piel no está.
Sus cromos de lapso eterno
Funden mi cuerpo
Con la tierra.
Y así me miras,
Entre pasto y mar.
Coral, coral, detienes mi andar.
De piel y sombras,
Descansas y das.
Coral, coral, te escapas sin mal.
Cada vez que te miro,
Aumenta mi ilusión.
Cada vez que te miro,
Aumenta mi ilusión.
Cada vez que te miro,
Aumenta mi ilusión.
Cada vez que te miro,
Aumenta mi ilusión.
 
(del Cd: Color Humano 3 - 1974)
 
Fue un trío fundado a finales de 1971 por Edelmiro Molinari, después de la disolución de Almendra. El nombre de la banda fue tomado de un tema que compuso Molinari para la misma.
La primera formación de la banda fue Edelmiro Molinari (guitarra y voz), Rinaldo Rafanelli (bajo y coros) y David Lebón (batería y coros). El primer recital de la banda fue ofrecido en abril de 1972, en el Teatro Atlantic, Buenos Aires. En noviembre participó en el Festival BA Rock III (ya con Moro) que dio lugar a la película Rock hasta que se ponga el sol, donde la banda abre el filme tocando "Larga vida al sol" y luego "Cosas rústicas". En diciembre de ese año grabaron su primer disco en los estudios Phonalex, en el que participaron Rodolfo García (ex Almendra) y la cantante Gabriela (Parodi), que después fue esposa de Edelmiro.


Leyendas  Argentinas


La Tijereta (Leyenda Guaraní)
 
 
Sucedió hace muchísimos años.
 
Tupá había decidido que las almas de los que morían y que debían llegar al cielo, lo hicieran volando con unas alitas que Él enviaba a la tierra por medio de sus emisarios. Claro que para los mortales esas alitas eran invisibles.
 
Una vez que el alma llegaba al ibaga, Tupá destinaba esa alma a un ave que Él creaba con tal objeto, de acuerdo a las características que hubiera tenido en vida la persona a quien pertenecía.
 
En un pueblito guaraní vivía Eíra con su madre. Ésta, que había quedado imposibilitada, dependía para todo de su hija, que a su vez se dedicaba a atenderla y cuidarla, ganándose la vida con su trabajo.
 
Eíra era costurera, y para tener a mano la yetapá que tantas veces necesitaba, la llevaba colgada a la cintura, sobre su blanco delantal, por medio de un cordón oscuro.
 
Muy trabajadora y diligente, a Eíra nunca le faltaban vestidos para confeccionar, de manera que era muy común verla con tela y tijera, cortando nuevos trabajos.
 
Se hubiera dicho que la tijera formaba parte de ella misma. Por la mañana, al levantarse y luego de haberse vestido, lo primero que hacía era atarla a su cintura teniéndola pronta para usarla en cualquier momento.
 
Viejecita y enferma como estaba, y a pesar de los cuidados que le prodigara, la madre de la laboriosa Eíra murió una noche de invierno, cuando el frío era muy intenso y el viento soplaba con fuerza.
 
Grande fue la pena de esta hija buena, dedicada siempre y únicamente a su madre y a su trabajo.
Desde ese momento quedó sólo con su tarea, a la que se entregó con más ahínco que nunca tratando de distraerse, porque su pena era muy intensa y la desgracia sufrida la había abatido de tal forma que perdió el deseo de vivir.
 
La tijera así suspendida acompañaba el ritmo de su paso y brillaba el reflejo de la luz, cuando la costurera se movía de un lugar a otro.
 
No mucho tiempo después de la muerte de su madre, la dulce y sufrida costurera enfermó de tristeza y de dolor, tan gravemente que no fue posible salvarla.
 
Eíra había sido siempre buena, excelente hija y laboriosa y diligente en sus tareas, por lo que Tupá llevó su anga al cielo.
 
Allí creó para albergarla un pájaro de plumaje negro, con la garganta, el pecho y el vientre blancos. Omitió los matices alegres y brillantes considerando que su vida había sido humilde, opaca y oscura, aunque llena de bondad y sacrificio.
 
Cuando Tupá hubo terminado su obra, Eíra se miró y miró a Tupá como intentando pedirle algo.
 
El Dios bueno, que conoció su intención, dijo para animarla:
-¿Qué deseas, Eíra? ¿Qué quieres pedirme?
Conociendo la amplia bondad de Tupá, comenzó humilde y avergonzada a pedir... ¡ella que jamás había pedido nada!
-Tupá... Dios bueno que complaces a los que te aman y respetan... yo desearía...
-¿Qué es lo que quisieras, Eíra?
-Tú sabes que durante toda mi vida sólo al trabajo me dediqué y quisiera tener un recuerdo de lo que me ayudó a vivir...
-Dime, entonces... ¿qué es lo que deseas?
-Yo desearía tener una tijerita que me recordara la que tanto usé en mi vida en la tierra y que contribuyó a que sostuviera a mi madre...
 
Encontró Tupá muy de su agrado el pedido de la muchacha, por la intención que lo inspiraba, y tomando las plumas laterales de la cola las estiró hasta dar a la misma la apariencia de una yetapá, como lo deseara la costurera, otorgándole, además, la propiedad de abrirla y cerrarla a su voluntad, tal como hiciera durante tanto tiempo con la de metal con que cortara las telas.
 
Por la semejanza, precisamente, que tiene la cola de esta ave con la tijera, la llamamos tijereta.
 
Glosario:
Tupá: Dios Guaraní
Ibaga: Cielo
Eíra: Miel
Yetapá: Tijera
Anga: Alma
Jhuguay: Cola
Jhuguay yetapá: Tijereta
 
Fuente: Crónicas de la Tierra sin Mal


Liana Friedrich

Esa parte oscura
 
Los golpes resuenan nítidos. Una, dos, tres veces...Es una trampa, sin duda. Ya desconecté el teléfono. (La luz estaba cortada, por falta de pago.) Pero eso no es suficiente...La puerta está ahí, separándome de ellos, ¿protegiéndome?...frágil, débilmente, de ese otro mundo tan temido..., irreal, inconsistente...
 
  Cuando ellos entraron, derribando la puerta -después de haber golpeado inútilmente -, el ambiente viciado les sacudió el rostro con una cachetada de aire pesado, pegajoso, casi palpable... Fue necesario encender la linterna para ver mejor. La luz mortecina del atardecer volvía fantasmagóricas las sombras, moviéndose lentas, entrecortadas, como en secuencias arrítmicas... 
 
    -El pececillo de los mares tropicales murió sofocado-observó como al pasar uno. 
 
   -Es que en estos edificios antiguos la circulación de aire es tan escasa...-apuntó otro. 
 
    Un juego de espejos distorsionaba las imágenes sobre la pared... 
 
      -Esa es la máscara ceremonial massai. 
 
      -¿Cuál? ¿Dónde? 
 
      -Allá, junto a la ventana. Dicen que quien la use y atraviese el círculo de fuego, logrará la transposición... 
 
     Releía los apuntes en mi libreta de notas. Me detuve en los síntomas previos a la posesión animal: sudoración, mareos, pupilas dilatadas...Sobre la pérdida posterior de memoria, todavía no había apuntado nada.(.....)Yo soy el testigo perfecto. Pero tengo que ser más cuidadoso y grabar todo, todo, hasta el más mínimo detalle. Es necesario recomponer el rompecabezas, caminar hacia el verdadero ser.(.....) 
 
      Hacía un par de días que no daba señales de vida. Tampoco había concurrido a su trabajo. El teléfono, definitivamente, estaba desconectado. La vecina del "C" no lo saludó en el ascensor, como todas las mañanas...
 
         Es importante (casi excitante), al menos por un momento, sentirse uno mismo... (Un cosquilleo de placer me perturba, al recordar las etapas del proceso). Después de haber estado en guerra conmigo mismo todas estas semanas, contra mi propia inautenticidad, al fin he hallado la paz, porque la verdadera imagen se recompone en el espejo... Si planeo miconducta, si acato meramente las reglas, no respeto lo que soy verdaderamente...
 
      Ellos ya habían estado allí antes. Lo presionaban a responder preguntas tan ontológicamente trascendentales como: ¿Quién es usted? ¿De dónde viene? ¿A dónde va?... 
 
    Qué me importa...Que interpreten mis silencios...Total, eso es problema de ellos...Pero a veces necesitaría poder gritárselo a alguien...Contar cómo se ve el mundo a través de ojos-no-humanos. Pero... mejor, no-reflexiono cauteloso-. La farsa debe continuar. Mejor cuidarme, para que sigan creyendo en esta cáscara seudo-racional, que aparenta afeitarse todas las mañanas, vestirse convecionalmente, sentarse detrás de un escritorio...hablar sólo lo pactado... ¡Ja! A veces me aguijonea la tentación de mostrarles cuál es mi verdadera naturaleza, de compartir con ellos esta excitación metamórfica...Pero no, al final busco pretextos -muy racionales- y me sumerjo de nuevo en la mentira, pasaporte necesario hacia lo humano, que me permita seguir pretendiendo ser ese "algo" tan acartonado, cruel e insensible; tan distinto de mi verdadero "yo"...
 
  Sobre una mesita circular, casi al ras del suelo, apenas humeaban las velas apagadas, contorneando su borde con un festón ondulante de extraño aroma, casi salvaje como de hojarasca humedecida por la lluvia, fuerte como de resaca en bajamar; penetrante como el de esos hongos que medran en los troncos podridos, desgajados por la centella... 
 
    El dar cuenta de mis emociones aumenta las alternativas de escoger qué quiero ser, y define más mi elección...Sólo de este modo podré incorporar las" partes" de mi zona oscura, que en primera instancia había rechazado, con una sensación irracional, parecida al horror, y entender entonces qué hago, qué siento, qué veo, cuando estoy del otro lado del espejo, una vez que atravieso, cada noche, el círculo incandescente...  Ser yo mismo incluye arriesgarlo    todo, intentar otra manera de ser, de aceptar el peligro de lo desconocido, de proseguir esta investigación hasta que se aclare definitivamente qué es lo que quiero, y aceptar mis deseos sin abrir más juicios...
 
    En el centro de la mesa, se encontraba un anotador, casi despedazado, con el lomo gastado y algunas hojas torpemente arrancadas. Otras aparecían visiblemente deterioradas, como rasgadas con furia...Una última nota, escrita con letra temblorosa y desgarbada, de rasgos casi ilegibles, confesaba: "Los resultados pueden llegar a ser impredecibles. Pero no hago ningún esfuerzo por retrotraerme a mi naturaleza inicial. Esta forma que mi cuerpo va adquiriendo en la transposición podría llegar a ser perpetua. Sin embargo, la recompensa reside en ceder a esa fuerza que me arrastra, irresistiblemente. Primero fue sólo indagar, ver qué ocurría, como rechazo a lo cotidiano, al aburrimiento masivo del simétrico hombre que gasta calles y miradas...Después fue la excitación de lo desconocido-ese estrecho camino de oscuridad, que iba abriéndose en reversa hacia la luz, vertiginosamente hacia atrás-y por último fue la sorpresa al comprobar que esa parte oscura de mí constituía mi verdadero ser... y que, curiosamente, me sentía orgulloso de serlo. Es que seguir viviendo en perpetua futilidad, de acto en acto condicionado, no servía para nada...Seguiría condenado a una continua frustración medida por horarios, planillas (más gritos del jefe)"... 
 
   Retrocediendo rápidamente las hojas que quedaban, bajo la luz de la linterna, pudieron ver que la primera nota estaba fechada en Nyeri, Kenia, en pleno corazón de la sabana africana. 
 
   De pronto, un ruido tintineante (como a copas volcadas) provino decididamente de la cocina. Allá fueron, tropezando torpemente con muebles y sombras indefinibles...Las ondas radiestésicas demostraban que "algo" viviente se hallaba muy cerca... Una ráfaga apenas imperceptible sacudió las cortinas que ocultaban las puertas corredizas, que daban al balcón-terraza. Siguieron una sombra que se escurría entre las plantas descuidadas, de monstruosas dimensiones, bajo la luz de la luna de abril... Entre ramas agitadas, creyeron ver el destello de unos ojos de pupilas reticuladas, de un verde casi fosforescente... Pero fue tan sólo un segundo, hasta que desaparecieron, eclipsados por las otras luces, en la tibieza de esa noche plácida.
 
  (Cuento de la antología "Escalera de papel")
 
                                                                                                                                     
 Poeta, escritora
Jesús María (Cordoba) Argentina.- Vive en Rafaela (Sta Fè). Argentina
Publicó:  Pinceladas; Estaciones en el alma ;Narraciones fronterizas; "Gastón Goris y sus poemas (ensayo); Vecchioli: más que postmodernista, personalista (Premio Fondo Editorial, Rafaela, 1985)(ensayo)


Libros

La sombra y sus minúsculas (poemas), de Marta Muriago, Buenos Aires .(Argentina).
60 pàg.
Collage de tapa: “la sombra musa”, de Miguel Ángel Lens
Diseño de tapa: Oscar Díaz
Diseño interior: Sergio Kern
Composición y armado: Cronopio Azul
 Ediciones del Cronopio Azul
1990.-
 
 
La sombra y sus minúsculas

lavar
como romper papeles
se nos vuelve cotidiano
 
lavar hasta la ropa limpia
por si se ensució
en el agua
y secar la boca al sol
 
 
agua borrando la sombra
y sus minúsculas
con cada retazo
va perdiendo el color
en nuestras manos
 
agua
una fiebre de agua
como a los gritos
enjabonando la historia
que nadie escucha
 
                     pàg. 7
 
 
Costumbres del no

còmo es posible
llevar un no
entre las piernas
empedrando
cada borde sensual
hasta sus huesos
con arrugas
de geométrica decencia
 
y hay muchos
golpes
de sumisión
que abotonan la pureza
en sexo de plástico
sin barro
como si le lavaran la
piel
perpendicularmente pulcra
en el espejo
de una virgen lejana.
 
es la costumbre
del miedo a deambular
por el cuerpo
amando calles
 
                 pàg. 9
 
 
Danza
 
porquè no
porquè no leer
las letras morenas
trigo geoide de mis células
y tocar el hueco
inalcanzable
en la curva de mis poros
 
cierro las pestañas
prolongando la pared
en el suelo
entre mis músculos
de pasto
 
pues no hay estación
que marchite
las pupilas de mi voz
ni viento que tumbe
mis rincones
amo
amo esas futuras cenizas
hojas de libro
de mi sangre
 
hacia donde apuntan
mis huesos
tibia fémur quiero
abrazar lentamente
mi cuerpo
mi caja de silencios.
 
                       pág. 20
 
Porvenires
 
gran humareda
asì
llenos de escombros
resecos
donde el calor de tierra y manos
daban luz
hojas verdes los trapitos
todos
jagüeles de agua dulce
nuestra historia
 
que hacer
 
tantos
 
ahora miedos  pegados
a la piel
timbre de
fábrica
masticando gritos
y un bolso de nostalgia
por el hombro
 
aquí no alcanzan
el mundo de las ofertas o
los  sueños
ni la mirada de un dios
contra la
suerte
ésta
 
                   pàg. 30
 
Campo de confinación
 
ubican
dicen
el confín del universo
 
el universo confinado
al círculo de
informes informantes
fuentes y
especializados
apagones de
años luz
y regresar por un
cable sin abecedario
 
todo a b
a
b
sin una qu
ni siquiera una c curvada
en el cosmos del
quizás o
voces del espacio
 
mutilándose
plumitas o
penumbras de pequeños cometas
 
ubicadores
regla y métrica
prensa a presión hasta las
galaxias
 
en què òrbita
ocultan
digo yo
las palabras quebradas
de los telescopios
 
                                pàgs 40/41
 
Genealogía

es probable que aùn
     comamos
la piedra con su diptongo crudo
                      el abono y hasta
                                   espinas
es probable que devoremos todos
los rincones de la tierra despedazándola
creyendo en la justicia la injusticia
y volviendo el talòn casi marchito
desgastado en tanta lucha sin parir
quizás tal vez empiece a
crecer el pasto en la mirada
           un solo brote indisoluble
entre la costumbre de perder
y quién te dice que después
de tanto átomo en probeta
y tanta desnutrición en los extremos
podamos devolver a cada hombre
el sudor que lo matò
              su tronco popular
y varias rejas con aquellos huesos
                                            opresores
 
                                                        pàg.51
 
 
Marta Muriago. Poeta
 Buenos Aires (Argentina)
Publicò: Le pregunté a la luna;  Voces desde el ropero; Acordes con el río, º    Creación literaria; apuntes tras el concierto; Cuaderno de bitácora – Navegando en tierra.


 Horacio Quiroga



Las pantallas de Fátima
 
Niebla y paisaje. Vago hemisferio
que marca un lírico planisferio;
noche de noches y de zafires
sobre la ruta de los fakires;
 
luna que azula la lontananza
con las turquesas de su romanza;
cielo que empluma los desahelos
con la quimera de tardos vuelos:
 
en el desierto de locas glorias
donde se angostan las trayectorias.
Tienden las brumas en los mirajes
Su desabrido guipur de encajes.
 
Luz indecisa de un asteroide
Sobre la negra mancha elipsoide
Y hay un Mar Muerto tras la neblina,
Como una gota de tinta china.
 
El sentimiento del deber
 
El sentimiento del deber
es capaz de contener por
tres horas
el mar de demencia que lo está
ahogando.
 
La siesta, como un niño repleto
 
La siesta, como un niño repleto,
dormitaba en la mística glorieta,
y una dulzura de vejez discreta
venía como un niño desde el seto.
 
La nervosina mano de un esteta
grabó en la piedra, con tesón completo
un paladín heroico; y en el peto
puso una llaga, como flor inquieta.
 
Tus ojos me miraban entreabiertos.
Y en tus ojos miraba yo los muertos
paladines heroicos por tus manos.
 
Mi mirada angustiosa te buscaba,
y detrás tuyo el paladín miraba
tristemente a mis ojos, como a hermanos.
 
Tu garganta
 
El verano perdió su fuego externo;
y a la Iuz de la tarde postrimera
sonreía a tu enagua en la ribera
la displicente gracia del invierno.
 
Iba a velar contigo la primera
noche violeta de un país moderno,
el mar sonaba bajo el viento eterno,
la amplitud de su sorda carraspera.
 
Y como el mar en sus pueriles glosas
prolongara el mutismo de las cosas,
llenó el silencio, coma voz que encanta,
 
en el suave crepúsculo salino,
bajo tu copa de color marino,
el sonoro giu-giu de tu garganta.

Fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo
Salto (Uruguay);.1878 - Buenos Aires (Argentina). 1937.
Publicò: Diario de viaje a París (Testimonio y observaciones); Los arrecifes de coral (Prosa y verso); El crimen del otro (Cuentos); Los perseguidos (Relato); Historia de un amor turbio (Novela); Cue
ntos de amor de locura y de muerte (Cuentos); Cuentos de la selva (Cuentos infantiles);El salvaje (Cuentos);Las sacrificadas (Cuentos escénicos en cuatro actos); El hombre muerto (cuento),
Anaconda (Cuentos); El desierto (Cuentos); Los desterrados (Cuentos); Pasado amor (Novela); Suelo natal (Cuentos); Más allá (Cuentos).


Neshe Yashin  


Perdiéndose en el espacio


Una flor
en mi mesa
una estrella insomne cae
sobre la sábana
y cuelga su voz en mi pecho
dando golpes,
 
tocando puertas
 
el tic-tac del reloj
sostiene mi mano
y tu respirar sin sueño
está en el mío
 
(el arco iris flotó mudo
como el disparo de la flecha
de la separación)
 
mientras resurjo del espejo,
viéndome con los ojos arrugados
de una anciana,
desprendo el amor de mi espalda
en absoluta desnudez,
desprovista, muda,
 
en el abrazo, callada, creo que
ningún poeta sobre esta Tierra
podría encontrar
los versos que te perdonen.

 
Fuente: https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/62_63/yashin.html

 La gran palabra
 
Cuando el poema profiera la gran palabra
todas las armas se silenciarán al tiempo
la palabra que es la voz de
la sangre derramada y el grito de sufrimiento
la palabra que es proferida por el coro de los muertos
y por la multitud exilada de la historia.
 
Ella será murmurada por la flor
la nube lagrimeante en el cielo
las raptadas olas del mar
y los niños que no quieren
ir al ejército.
 
Ese día, un nuevo amor emergerá
entre la espuma del mar
y su indistinta nacionalidad.
 
La guerra morirá de vergüenza
mientras el silencio comienza a tomar venganza de la historia
y las palabras mágicas
besarán al viento del amor.
 
Si ser desleal a la otra mitad
me entregará la tierra natal entera
 
tu nacionalismo será un huevo de cornudo
yo te traicionaré
aún con tu sangriento ejército atrás de mi
yo haré el amor con todos los enemigos
yo te traicionaré
sobre todos los continentes de esta tierra.
 
Cuando el poema profiera la gran palabra
todos los negocios y las negociaciones
llegarán a un término sin nada pendiente por decir
todos los mediadores estarán desempleados.
 
La historia se rendirá
bajo esa gran palabra que carga
las estrellas y los ríos
el interminable amor haciendo de todos los tiempos
los sonidos, la lluvia, y los mares.
 
Cuando la gran palabra
sea proferida por el poema
acaso los poetas serán ejecutados
o la paz descenderá sobre la tierra.
 

Traducción de Rafael Patiño
Fuente: https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/62_63/yashin.html


Poeta
Naciò en Nicosia (Chipre
Publicò:  Sumbul ve Nergis ; Savaslarin Gozyaslari; Kapilar; Ay Asktan Yapilmisti.  



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            Nos vemos en  el próximo número 95 - Invierno  2021

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